Este fin de semana fuimos a Lamma Island, una de las islas que estaba deseando pisar desde que llegué. Si buscáis en internet Lamma Island comprenderéis por qué quería ir jeje es preciosa.
Comenzamos la mañana no demasiado bien. Llevábamos unos días con lluvias y cielos bastante cubiertos, pero lo que no me esperaba es que hubiera alerta uno por tifón el domingo por la mañana. Según parece cuando se habla de alerta uno por tifón no es para preocuparse, simplemente es una medida de seguridad para alertar de que un tifón está "cerca" y cuando las lluvias y el viento se endurecen. El caso es que aunque el día estaba cubierto de nubes hacía mucho calor y no parecía que fuera a llover, así que nos fuimos a coger el ferry hacia la isla. El viaje sí fue un poco "movidito" ya que el mar estaba un tanto picado y el movimiento inevitable de las olas azotaba el ferry de manera continua. El viaje fue muy corto, menos de media hora y ya estábamos allí.
Nos encontramos también un pequeño templo en mitad del camino. Al igual que el que vimos en Mong Kok (consultar una entrada antigua para saber algo más sobre esa zona), este templo también estaba dedicado a la diosa del mar (Tin Hau), por ello estábamos en un pueblo pesquero.
Pasando la zona turística, seguimos andando ya adentrándonos más en la naturaleza. Calles asfaltadas con cemento pero rodeadas de árboles habitados por una especia enorme de araña (golden silk orb-weaver, nephila pelipes) colgada por todas partes, a veces casi rozándote la cabeza. Me dio bastante miedo la verdad, no soy demasiado amiga de insectos, arañas y otro tipo de animales pero la verdad es que el tamaño de la araña impactaba y sus colores también. La araña fue el preludio de un festival de otros insectos de tamaño desmesurado, insectos palo enormes, abejas gigantes entre otros. También había muchas mariposas de colores llamativos pululando entre las flores. Esas me agradan más jejeje
Así continuamos hasta la playa. La vista de la playa preciosa, preciosa sino fuera por la enorme fábrica (Lamma Power Station) justo en frente de la playa rompiendo todo el encanto paradisíaco del lugar. Quitando eso la playa estaba genial. Arena suave, sin piedras, agua tirando a templada, poca profundidad y mucha gente pero no demasiada.
Antes del bañito y para ir haciendo hambre, nos fuimos a hacer una pequeña rutita de senderismo por unos caminos ya preparados que se adentraban más en la zona más natural de la isla desde la playa y conectando con la otra zona de la isla. Cuestas empinadas, calor infernal, y beber agua cada dos minutos es lo que tocaba mientras seguíamos hasta llegar a la parte más alta. Los paisajes eran fantásticos, los caminos sinuosos y la vegetación magnífica. El calor era lo peor, pero mereció la pena subir. Dimos con un cementerio en medio del camino y pasamos a verlo por curiosidad. Los nichos estaban decorados con alguna flor y con la foto del difunto y eran tan pequeños que intuimos que sería para urnas tras la incineración.
Pasado el cementerio, decidimos continuar, sin embargo tuvimos que volvernos apresuradamente ya que en medio del camino nos pegamos tal susto que tuvimos que echar a correr. Resulta que en mitad de nuestra ruta observamos algo alargado y de color oscuro que pensamos era una rama o un palo así que no nos percatamos, hasta que estuvimos tan cerca que reaccionó, de que se trataba de una serpiente enorme. Imaginaos el susto. Salimos corriendo. Esperaba de todo menos una serpiente, a lo mejor una culebra pero no esa serpiente tan grande que atravesaba todo el camino asfaltado. Vaya susto. En un tris estábamos de nuevo en la playa y lo que pegaba en el momento era pegarnos un bañito e ir a comer.
Comimos en un restaurante pegado a la playa. Yo me pedí una hamburguesa con patatas (tenía necesidad de comida grasienta asquerosa desde hacía días). Aunque el pan no estaba muy allá y el huevo poco hecho, la comida fue bastante buena y repusimos energías.
El tiempo empezó a ponerse cada vez peor. El cielo más oscuro y el viento más violento. Aún así mis compañeros decidieron darse una vuelta más y coger la ruta que hicimos anteriormente pero esta vez tomando otro camino que conectaba con otro puerto al otro lado de la isla. Yo decidí quedarme porque el tiempo estaba cada vez peor y prefería no coger una pulmonía. Menos mal que me quedé. Tan pronto como mis compañeros se fueron comenzó a llover estruendosamente y el viento se puso cada vez más violento. Lo bueno es que eso no hizo que la alerta de tifón subiera, simplemente las nubes tenían mucha agua que descargar y en unos momentos también comenzó a tronar.
En cuanto escampó nos dirigimos al ferry de vuelta, mis compañeros lo cogieron en el otro lado de la isla y nos reunimos de nuevo en Hong Kong Island para volver a Kowloon.
¡Vaya día! Fue bastante completo, tuvo un poco de todo: aventura, fauna, flora, peligro, relax, gastronomía, tormenta, alerta de tifón xD fue bastante "movido" pero la verdad es que pasamos un día estupendo. Habrá que volver más adelante para ver el resto de la isla.
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