Mi
aventura llegó a su fin, es cierto, y ahora no me queda más que la
incertidumbre de saber que hacer este año tras esos cinco meses
alucinantes en el que ya se ha convertido en mi continente favorito
de la tierra (siempre lo fue pero creo que ahora con más argumentos
a su favor).
Gente estupenda se cruzó en mi camino, tuve la
oportunidad de estar en contacto con profesionales de la enseñanza
de los que he aprendido muchísimo y a los que admiro, un ejemplo de
ello es mi querida Vicky quien vino conmigo a Hong Kong con la misma
beca que yo y una de las personas más alucinantes que he conocido,
con una vida, conversación y labor educativa super interesantes y
dignas de elogio. Ella es una de las personas que más voy a echar de
menos sin duda. A ella se le unen otros tantos y tantas que han
sabido ganarse un huequecito en mi corazón.
Pasadas las horas de viaje, largas como ellas solas y un tanto ralentizadas por la incertidumbre de llegar a casa, al fin llegué a casa, con la grata sorpresa de encontrar a toda mi familia en el aeropuerto para recogerme, incluido mi padre aún convaleciente de su lesión. Echaba de menos el calor de mi familia, de mi perrete y, para que mentir, de la comida española jejeje Ahora a comenzar con nuevos proyectos y ver a donde me lleva la vida este año, y si este año no toca moverse geográficamente tampoco pasa nada, he tenido más de lo que creí que iba a tener, más de lo que creí que merecía tan solo en este semestre así que ya me siento más que satisfecha y afortunada de haber podido vivir esto.
Sin lugar a dudas han
sido unos meses geniales, he aprendido muchísimo y los recuerdos y
recortes de cada uno de mis viajes dejarán huella no solo en mi
pasaporte sino también en mi corazón.
Adiós Hong Kong, nos vemos en el futuro :)
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